lunes, 29 de enero de 2018

Novela: Olvidado Rey Gudú de Ana María Matute (1996)

La autora.-
Ana María Matute fue una escritora de gran prestigio, calificada como la mejor novelista de la posguerra. Era miembro de la Real Academia Española y también Premio Cervantes. A los 5 años escribió su primer cuento y a los 17 ya recibe su primer contrato, de 3.000 pesetas en 1942, de una editorial. Después de varios años sin poder escribir, retomó su pasión por la literatura, precisamente escribiendo Olvidado Rey Gudú. Otras obras suyas son: Pequeño teatro, Paraíso inhabitado, Los soldados lloran de noche. La Torre vigíaAranmanoth, forman la trilogía sobre la Edad media junto con Olvidado Rey Gudú

Mi opinión.-
Una de las características que más me impresiona de la literatura de Ana María Matute es que es una literatura que se despliega, que se despereza en múltiples matices de texturas, colores y olores. En ningún otro escritor me parece tan evidente como en ella esa inclinación hacia lo sensorial.

Este es el mapa del reino de Olar
Olvidado Rey Gudú es la segunda obra de su trilogía sobre la Edad Media, pero son obras totalmente independientes que pueden leerse en cualquier orden. Comparten, eso sí, el mismo ambiente medieval teñido por la magia, lo inexplicable y lo terrible, dando un gran protagonismo a los niños, o al mundo imaginario de los niños que todavía no han llegado. En este Edad Media transterrada se pasean, por la vida de los humanos, las ondinas y las brujas, los piratas y las hordas, los trasgos y los hechiceros. Lo desconocido se hace cotidiano, y no por ello pierde su magia. Se manifiesta para los que conocen los secretos y también para los que quieren ver. 

Quizá el Trasgo del Sur
La historia que se narra es la de la expansión del reino de Olar y de su dinastía de gobernantes, desde el primer Conde de Olar al último rey, Gudú. Olar es un territorio pequeño pero todos sus gobernantes se dejan llevan por el afán de expansión. Se trata de una dinastía de reyes guerreros y eso supone su gloria y también su perdición. Siempre tratan de ir más allá, de conquistar lo desconocido y de someter tierras y pueblos. Se suceden las mezquindades, las trampas y las traiciones. Olar, Sikrosio, Volodioso y Gudú llevan en sus hombros el peso de la guerra, pero es la reina Ardid quien ejerce el gobierno.

La reina Ardid podría parecerse a ella

Ardid es un personaje femenino muy fuerte y poderoso no sólo porque sea reina y regente durante las ausencias de su hijo Gudú. A pesar de llevar la astucia hasta en su nombre, pretende utilizar la ciencia y los más profundos conocimientos para gobernar; pero en su empeño se cruzará el deseo de venganza y la venganza será frenada por el amor, por su amor hacia Volodioso. Pasados los años todo ello será determinante para que el reino termine cayendo en el olvido.

La dinastía de Olar
Al fin, el amor es considerado, en esta novela, como un sentimiento demasiado peligroso y que debe ser erradicado de la vida de un rey; pero, al mismo tiempo, las consecuencias de extirparlo de esa manera tan tajante de las vidas humanas se mostrarán como algo mucho peor.

El joven rey Gudú
El estilo de Ana María Matute es muy personal y lírico, tan poético como cruel, y aunque puede encuadrarse dentro de la tradición del realismo fantástico, no está exento de humor e ironía. Además elegir un narrador omnisciente, le da a la narración halos de nostalgia y cálida evocación. Esta novela no fue fácil de escribir. En primer lugar, por la situación anímica de la escritora y en segundo, por su extensión y por el número y variedad de personajes. Todos ellos muy sólidos y bien definidos, atrapados y arrastrados por una vida que, a menudo, no comprenden.


Esta novela también es un viaje hacia la vejez, el olvido y la desaparición. Otros dirían que es una pérdida de la inocencia o quizá otra interpretación que a mí me parece más simple. Que sin amor estamos abocados al olvido. No creo que sea así. Creo que al final de la novela, de este cuento de hadas, se llega a disfrutar de la verdadera inocencia; una inocencia que invariablemente está teñida de amargura. Por otra parte, sin amor y con amor, la mayoría de la humanidad siempre está abocada al olvido, pocos son los que trascienden su vida individual y pasan a formar parte de la vida de la humanidad. Políticos, reyes, hombres de ciencia, criminales y recientemente también algunas mujeres sobresalientes, son seres cuyo recuerdo es inmortal. Para el resto, el olvido. Y esto es lo más amargo. “¿Por qué es tan ciego, y tan indescifrable el mundo al que nos trajeron? ¿Quién nos dejó caer en este mundo, tan mudo, impío y desolador? Triste es el mundo, tristes sus criaturas. Y sólo de tan frágil materia está hecha la vida: de imposibles recuperaciones, de imposibles regresos y de imposibles comienzos.” 



Olvidado Rey Gudú
Ana María Matute

Ed. Espasa Narrativa

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