viernes, 11 de agosto de 2017

Cine: Dunkerque de Christopher Nolan (2017)

Cuando el 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia, tanto Reino Unido como Francia le declararon inmediatamente la guerra. Sin embargo, durante meses apenas plantearon batalla y Alemania siguió avanzando por Europa. Es lo que se llamó drôle de guèrre o guerra de broma. No sé si no tenían muchas ganas de luchar o si subestimaron al enemigo el caso es que para mayo de 1940, Alemania ya dominaba todo el centro de Europa, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Francia, y también Noruega y Dinamarca. En apenas seis meses habían llegado hasta la costa del Mar del Norte y veían desde allí la costa británica. 



Las tropas aliadas, la mayoría de ellas británicos de la Fuerza Expedicionaria, por falta de previsión o porque el enemigo era muy superior quedaron, así, bloqueadas entre la artillería alemana y el mar, con pocas posibilidades de ser evacuadas, especialmente teniendo en cuenta que, en esa situación de bloqueo, los alemanes aprovechaban para bombardearles sin descanso. Eran 400.000 hombres desprotegidos que querían sobrevivir, mientras en su país los políticos se planteaban firmar una paz deshonrosa con Hitler.


La Armada Británica preparó sus barcos para iniciar la evacuación, pero el problema fue que el puerto de Dunkerque estaba destrozado y los barcos de gran calado no podían acercarse. Así que, los soldados debían ser transportados en pequeños barcos hasta los barcos más grandes. Evacuar unos pocos soldados cada vez, al mismo tiempo que los alemanes les seguían bombardeando, era la única solución viable.


De manera que, incluso, tuvieron que recurrir a confiscar pequeñas embarcaciones pesqueras y también de recreo, de manera que involucraron a civiles en el rescate de esos soldados. Se llamó el Milagro de Dunquerke. Se había previsto evacuar a cincuenta mil soldados y al final pudieron salvarse más de trescientos mil. No sería milagroso si nos convenciéramos de que pequeños esfuerzos sumados son más fuertes que un gran esfuerzo.


En este escenario, sitúa Christopher Nolan su película. Una gran película sobre altruismo y egoísmo o sobre cooperación y supervivencia que, según algunos críticos, ganará en los Óscar todo lo ganable. Pero que, al mismo tiempo, también ha sido criticada por la prensa francesa, por no visibilizar la cooperación de Francia en la evacuación. Espero que los franceses hagan su propia película.


Vemos la acción desde tres puntos de vista, por tierra, mar y aire y también desde tres tiempos diferentes y a través de tres grupos de tres personajes principales cada uno. Tendría que dominar más la filmografía de Nolan para poder dar una explicación a esta preeminencia del número tres que ha sido reseñada por los críticos. Tres soldados, tres pilotos y tres civiles son los encargados de poner el elemento humano en la película, aunque tomados individualmente poco sabemos de ellos, apenas su nombre y nada de su historia pasada, ni mucho menos de su futuro después de la evacuación. Únicamente asistimos con cierto sobrecogimiento a sus intentos desesperados de sobrevivir, algunos un poco más turbios que otros pero todos comprensibles.


Así que podemos considerar que el protagonista absoluto es un personaje colectivo, el pueblo británico aunando sus esfuerzos para salvar y salvarse a sí mismo. A mí me ha gustado mucho esta película por la fuerza narrativa de la imagen y por la capacidad expresiva del sonido y de la música que hacen innecesarios diálogos y reflexiones, en un momento en que sobrevivir es mucho más importante que hablar o reflexionar.


Guion y Dirección: Christopher Nolan
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Hoyte van Hoytema

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