miércoles, 30 de agosto de 2017

Catálogo Exposición: Zaragoza estereoscópica 1850-1970

Las cámaras estereoscópicas se basan en la propia visión humana. Cada uno de nuestros ojos capta las imágenes de forma diferente; de manera que luego nuestro cerebro crea una imagen tridimensional con las dos tomas. Algo así. Tiene que ver con el ángulo de visión de nuestros ojos, que es un poco diferente para cada uno de ellos.

Un visor
El caso es que la fotografía en tres dimensiones surgió casi al mismo tiempo que la fotografía normal. Se considera como descubridor a Sir Charles Wheatstone. Este tipo de fotografía se utilizó especialmente para tomar vistas de los principales monumentos de las ciudades con una finalidad turística y comercial. Se vendían álbumes de estas ciudades que debían verse con un aparato especial, el estereoscopio Brewster, como recuerdo de la visita. Los souvenires no son invento del siglo XX.

El Pilar, estereoscópico y con las torres sin acabar 

El Pilar, acabado (fotografía de anteayer y mía)
Desde la segunda mitad del siglo XIX en adelante, los viajes fueron haciéndose más confortables y España era un destino elegido por turistas franceses e ingleses. Debía ser por su carácter todavía exótico o porque resultase más barato y también porque quedaba en la memoria de los europeos la resistencia heroica del pueblo español (que no de sus gobernantes) al asedio de Napoleón. Incluso Lord Byron había dedicado una poesía a Agustina de Aragón y en la exposición de fotografía estereoscópica que pudimos ver hasta enero de 2017 en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza se expuso también una fotografía de la escultura que John Bell le dedicó a The maid of Saragossa, la doncella de Zaragoza, casi comparándola con Juana de Arco.

The Maid of Saragossa
Se editó para esa exposición un catálogo muy bien documentado que referencia a los fotógrafos interesados en nuestra ciudad desde 1850 a 1970. Es sorprendente que hasta los años 70 se utilizase esta técnica y que con las posibilidades digitales se esté recuperando. El catálogo también va provisto de una especie de quevedos de plástico para poder visionar las fotografías en 3D. Aparte de los fotógrafos extranjeros como Jean Laurent (fotógrafo de Isabel II) o Frank M. Good, también los nacionales se ocuparon de esta técnica. Entre ellos Júdez y Ortiz, Coyne o Gracia.


Los quevedos incluidos en el catálogo
La exposición fue muy interesante. Además de más de 200 fotografías, podían verse también los visores que utilizaban en la época y también había dispositivos colocados en la pared para poder visionar las postales. Tengo que confesar que la fotografía estereoscópica me da vértigo y a veces no consigo enfocar mis ojos para conseguir el efecto 3D, pero sigo insistiendo en ello. Lamentablemente, ya no puedo recomendar la exposición porque terminó pero el catálogo todavía puede conseguirse y merece lo que vale. 




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