miércoles, 19 de julio de 2017

Ensayo: El capitán Trueno. Tras los pasos del héroe



Creo que no somos conscientes de la cantidad (y calidad) de influencias que cualquier obra de creación debe de tener para poder llegar al público. Nos parece fácil inventar un personaje que viva aventuras y nos entretenga por un rato, pero el autor ha debido de leer mucho y ver mucho para poder llegar a darle vida a un personaje sólido. Esa era la intención de esta exposición realizada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que el público conozca un poco más, el proceso de creación, muy complejo de El Capitán Trueno.


El Capitán Trueno empezó a publicarse en 1956. La editorial Bruguera encargó la creación de un héroe al guionista Víctor Mora y al ilustrador Ambrós. Tuvo muchísimo éxito y en tirada semanal, llegó a los 350.000 ejemplares. Siempre condicionado por la censura de la época, el héroe debía defender los valores del catolicismo contra todo infiel, principalmente musulmán. Sin embargo, los autores se las arreglaban para incluir referencias más universales, en aventuras que se desarrollaban por todo el mundo, donde los protagonistas encontraban a personajes más o menos turbios entre los enemigos y también entre los amigos.


Todos los personajes representan arquetipos. El capitán Trueno es un caballero medieval, curtido en las Cruzadas, noble, generoso y valiente. Acompañado por dos fieles amigos, Goliath y Crispín, encargados de poner la fuerza, el corazón, la astucia y el humor en todas las aventuras. También está la dama, Sigrid que llegará a ser reina de Thule. Una reina independiente, sabia y justa; que sabe luchar y sabe perdonar. Como compañera del mejor caballero no podría ser de otra manera.


La exposición estaba dividida en tres ámbitos diferenciados. El primero de ellos se refería a todas las influencias literarias del capitán, ya que su pasatiempo favorito, como consta en algunas de sus aventuras, es la lectura. Además, un combatiente vagando por el mediterráneo debe de recordarnos inmediatamente a Ivanhoe y a Ulises.


Los  otros dos ámbitos eran la arquitectura y la tecnología. El capitán Trueno viaja por todo el mundo incluida la lejana China y allí admira su Gran Muralla; también conoce las tradiciones y la mitología vikinga y hasta se enfrenta con unos peces-hombres. Viaja en globo varios siglos antes de que se invente y es muy receptivo a los descubrimientos científicos. Qué manera tan excepcional de descubrir el mundo sin televisión y sin internet. El capitán Trueno, sin duda, fue todo un héroe de los que ya no hay, de los que nunca hubo.


La exposición mostraba también las ilustraciones originales y algunas primeras ediciones. Para quienes no pudieron verla se ha editado un precioso catálogo también. Aunque la exposición ya haya terminado, siempre es tiempo de volver a leer al capitán Trueno. 


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