lunes, 29 de mayo de 2017

Camino de Santiago, Vía aragonesa. Primera etapa: Somport-Villanúa.

Empiezo el Camino Francés hacia Santiago por la vía aragonesa. La mayor parte del camino aragonés discurre por Huesca. Salimos desde Somport, traducido como la parte más alta del puerto, para llegar por la tarde a Villanúa. Unas cuantas horas andando, desde las 9.30 hasta las 18.00, con algunas paradas para almorzar, hablar, escuchar explicaciones, descansar, comer y también desesperarse. Lo más dificultoso de esta etapa no es su longitud, 16,5 kilómetros, sino el desnivel. Siempre vamos bajando, aproximadamente de 1600 metros a 950 y las rodillas terminan por resentirse.

Ya estoy preparada

El Camino de Santiago en Aragón

Desde la ermita de Nuestra Señora del Pilar y bajo la imponente cruz de Santiago, empezamos ya en serio a caminar. El peregrino de metal nos desea buen camino.

Es por allí
Lo primero que encontramos es Candanchú, la primera estación de esquí española, que data de 1928. Mucho antes de eso pertenecía a la francesa casa de los duques de Anjou y es posible que el nombre sea una deformación de “camp d’Anjou”. No hay mucho más que reseñar.

Empezamos
Son más interesantes las ruinas del Monasterio y Hospital de Santa Cristina de Somport, de finales del siglo XI. Aunque existen ciertas dudas sobre su fundación y funciones, es mencionado en el Codex Calixtinus como lugar de recuperación para peregrinos. Los peregrinos que se albergaban allí tenían derecho a permanecer gratuitamente durante 3 días o más si estaban enfermos. Además también se les daban 7 vasos de vino al día (para recuperar fuerzas). Había una iglesia, la casa de los monjes, el albergue y hospital, una ermita, la necrópolis y otras dependencias secundarias. A partir del siglo XVI entró en decadencia por la falta de donaciones. Fue incendiado varias veces hasta caer en el olvido.

Hospital de Santa Cristina. Somport
Seguimos el camino y encontramos una chimenea de la antigua fundición de Anglasé. Ya en el siglo XVI se buscaban minas de plata por la zona. Pero esta chimenea es muy posterior, posiblemente sirviera para la explotación de minas de hierro y cobre desde finales del siglo XVII.

Chimenea de Anglasé
El trazado del camino es agradable, unas veces a campo abierto y otras por bosque. Bordeamos constantemente el río Aragón y pudimos ver también una cascada, a pesar de la sequía. Aunque nos vamos alejando de la frontera con Francia, quedan todavía muchos vestigios de unas relaciones no muy amistosas. En 1758 se terminó de construir el Fuerte Coll de Ladrones. El Ingeniero militar Juan Martínez Zermeño eligió este punto estratégico para controlar el camino a Francia. Sin embargo, su construcción fue muy dificultosa y el resultado bastante deficiente así que se abandonó muy pronto. A finales del siglo XIX se construyó un nuevo edificio sobre las ruinas existentes que fue ocupado hasta 1961. Hoy es de propiedad privada pero no tiene ningún uso que yo sepa. ¿Qué compañía privada estaría interesada en comprar estos edificios? ¿Y, para qué? Da qué pensar. Casi podría ser el argumento de una novela de espías o de experimentos prohibidos o de ciencia ficción alienígena.

La Raca y Coll de Ladrones.
Detrás del Coll de Ladrones, podemos ver La Raca, un pico de 2.278 metros, cuya característica más peculiar es un conjunto de rocas rojizas, claramente visible en la foto.

Estación Internacional de Canfranc.
El Camino sigue hacia Canfranc-Estación y su imponente edificio que se perdería si no fuese por la pasión de algunos. Ahora hay visitas guiadas y teatralizadas pero durante muchos años la Estación Internacional de Canfranc, publicitada en su momento como un edificio más grande que el Titanic, ha estado totalmente abandonada. Hoy este paso hacia Francia sigue cerrado y seguirá así por mucho tiempo. Entramos en Canfranc-Estación por el Paseo de los melancólicos.

Paseo de los melancólicos. Canfranc.
La estación se construyó en 1925 y fue de tal importancia que el mismo Alfonso XIII asistió a su inauguración. Es un edificio precioso, acristalado y con una gran cúpula central y dos laterales más pequeñas. Escenario para espionaje e intrigas de todo tipo durante la II Guerra Mundial que sigue fascinando. Todavía tengo pendiente la lectura de la novela Volver a Canfranc de Rosario Raro.

Nido de ametralladora. Canfranc.
Siguiendo con la tradición de hostilidades, nos encontramos también restos de búnkeres y nidos de ametralladoras pertenecientes a la Línea P. La Organización defensiva del Pirineo se construyó entre 1944 y 1959. Se proyectaron 10.000 búnkeres de los que sólo se construyeron 6.000, a lo largo de todo el Pirineo. Y aunque su principal función era contener una posible invasión de los aliados después de la derrota de la Alemania nazi y especialmente, defender la Estación Internacional de Canfranc, en realidad se utilizó más en la guerra de guerrillas y de represión contra el maquis. Los búnkeres están repartidos por todo el bosque que consolida el terreno de las dos vertientes del valle del río Aragón. Bosque que se repobló con 7.000.000 de árboles para consolidar el terreno de estas dos vertientes.

La línea P
Siguiendo con esa obsesión de ser invadidos por Francia, ya en el siglo XIX en 1879, se había construido otras dos torretas de defensa. Hoy subsiste la Torreta de Fusileros con un uso mucho más pacífico. Sirve de sala de exposiciones.

Torreta de fusileros. Canfranc.
Llegamos ya cansados a Canfranc, el verdadero pueblo de Canfranc. La Estación se construyó en el Barrio de Arañones, perteneciente al municipio de Canfranc, pero poco a poco fue adquiriendo mayor protagonismo, hasta que, incluso el Ayuntamiento y la escuela se trasladaron allí. Hoy Canfranc-Pueblo está mucho menos poblado que Canfranc-Estación, pero sigue teniendo mucho encanto. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción ocupa el centro de la población y convive allí, espero que tranquilamente, con una bandera republicana. Ojalá, pudiéramos todos entender que la diferencia no es una amenaza.

Iglesia de la Asunción. Canfranc-Pueblo
Desde su repoblación en el siglo XI, los habitantes de Canfranc tuvieron privilegios concedidos por los reyes, debido a la dificultad para cultivar las tierras de alta montaña. A cambio debían comprometerse a mantener las vías de comunicación con el Bearn en buen estado. En el siglo XIV, Pedro IV el Ceremonioso, les concedió el privilegio del vino, por el cual podían transportarlo sin tener que pagar impuestos. También se dice que son agotes, una minoría tradicionalmente discriminada, no por su origen étnico sino por dedicarse a determinados oficios o por ser descendientes de los cátaros.

¿Cómo se llamarán?
Seguimos caminando hasta llegar a Villanúa, donde termina esta primera etapa. Llegué muy cansada, pero pienso continuar. La próxima, el 17 de junio, Castiello de Jaca-Jaca-Atarés. Una etapa cada mes hasta noviembre, todas en sábado, para poder descansar el domingo. Muy bien pensado y organizado por Montañeros de Aragón.

Iglesia de San Esteban. Villanúa

Los caminos a Santiago 
La próxima vez tengo que hacer mejor la mochila porque, aunque no llevaba mucho peso, se puede aligerar mucho más. Llevaba demasiados porsiacaso. Por si llueve, por si hace frío. Llevaba también demasiada comida para un día e, incluso, una libreta para escribir a ratos que, por supuesto, no utilicé. La cámara de fotos sí, me es imprescindible. En cambio, me faltaron unas sandalias de senderismo para los momentos de descanso, una cadena para sujetar las gafas de sol que me estuvieron incordiando todo el camino y un sombrero con ala más ancha. Pirineos. 


Azules

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