lunes, 7 de noviembre de 2016

Cine: La chica del tren de Tate Taylor (2016)

La chica del tren no ha recibido buenas críticas. Parece que la novela era mucho más interesante que su adaptación. No la he leído y no puedo opinar. Sin embargo, la película tiene detalles que hacen pensar que hay ciertos cambios en la industria del cine. 

Es una película de planteamiento y factura conservadores. A veces resulta excesivamente lenta y trascendente cuando no hay nada debajo de esa lentitud ni mucho menos trascendencia. Pero a mí me ha resultado atractiva. Es una mezcla de triángulo amoroso tradicional, con toques de La ventana indiscreta, de Luz de gas y de Lo que la verdad esconde.

Rachel 
En realidad hay dos triángulos amorosos y estos dos triángulos comparten un mismo vértice, el marido infiel, sucesivamente infiel a sus dos esposas. A la primera con la que después será su segunda esposa y a ésta segunda con la niñera de su hija. Clásico. Sin embargo, lo novedoso es el protagonismo de las mujeres. La historia siempre está narrada desde el punto de vista de una de las mujeres. Está muy bien que sea así, ya que el adulterio era sufrido por las mujeres, su opinión sobre el mismo debería haber sido prioritaria.


El malo es el marido y lo sabemos desde el minuto 1 de la película, así que de suspense hay poco. Pero la historia no se entretiene en saber por qué es el malo y qué neuras tiene para ser un picha brava. Lo que realmente es el tema principal de la película, desde mi punto de vista, el vínculo de unión entre las mujeres, es la maternidad y cómo se enfrentan a ella y cómo desear o no ser madres , poder ser o no madres, las hace sentirse culpables. 


Emily Blunt interpreta a Rachel, la primera esposa. Lleva divorciada ya un tiempo pero todavía no ha conseguido superarlo. Arrastra un grado de alcoholismo muy preocupante que le produce lagunas en la memoria y que puede que esté provocado o no por su incapacidad para tener hijos. Sigue rondando, como un fantasma conflictivo, la que fue su casa, donde ahora sigue viviendo su marido con “la otra” y su bebé.

Anna y su bebé

La otra es otra pobre incauta. Rebecca Ferguson es Anna. Tiene un bebé de meses y siempre está cansada, ausente; además ha dejado su trabajo y se siente frustrada. Será la depresión postparto o será haber descubierto que su marido no es lo que parecía (siempre me ha parecido que las segundas esposas que han empezado su relación habiendo engañado a las primeras, nunca pueden tener la seguridad de no terminar engañadas también). Su marido la acusa de estar siempre cansada y de evitar el sexo después del parto, pero yo creo que la verdadera razón por la que Anna evita el sexo con su marido es porque el sexo con él ya no es satisfactorio y no se atreve a decírselo. Anna empieza a ser consciente de que se ha equivocado.

Megan
Megan, Haley Bennet, es la niñera que se ha reinventado a sí misma varias veces durante los últimos años y que parece haber llegado a donde toda mujer de clase media americana quiere llegar, a tener una casa con jardín, pero que ya no quiere estar allí. Entre otras cosas, porque el precio a pagar por ello es un marido posesivo, celoso y controlador que empieza a bordear claramente el maltrato psicológico y un amante poco satisfactorio. Megan odia ser niñera, pero no tiene otro trabajo. Tuvo una hija cuando era apenas una adolescente y su experiencia fue traumática.  



El marido, vértice que comunica a estas tres mujeres es Justin Theroux. Manipulador, violento, inseguro, ejecutivo de poca monta y con un terrible miedo al fracaso. Picha brava porque obtiene poca satisfacción con el sexo y cree que la cantidad supera a la calidad y que siempre la culpa de su insatisfacción es de la otra.

El marido
Para el director se trata de una película sobre cómo las mujeres se tratan entre ellas y a sí mismas y por eso le pareció interesante que el cuarto personaje importante, el policía que investiga la desaparición de Megan, fuese una mujer. Una mujer que no siente ninguna empatía por el sufrimiento de Rachel, la considera culpable de la desaparición de Megan y, en consecuencia, actúa como “poli malo”. Desde mi punto de vista es un acierto que lo haya hecho así.


Desde luego no es una gran película, pero creo que parte de las críticas que ha recibido, puede haberlo hecho porque ofrece un punto de vista diferente al que estamos acostumbrados. Estas tres mujeres están en el momento en que se dan cuenta (tarde para una de ellas) de que su problema es que siguen pensando que su vida gira alrededor de la vida de un hombre (y además de un hombre cutre). La recomiendo. 


Director: Tate Taylor
Guion: Erin Cressida Wilson (Novela: Paula Hawkins)
Música: Danny Elfman
Fotografía: Charlotte Bruus Christensen
Intérpretes: Emily Blunt, Rebecca Ferguson, Haley Bennett, Luke Evans, Justin Theroux. 

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